lunes, 7 de julio de 2008



A la orilla del mar al caer la noche los reflejos de las luces del puerto en el agua parecen pequeñas barcas a la deriva.

En su pensamiento, viajan juntos en una de ellas balanceándose sin rumbo en un infinito mar en calma.

Tiempo... el azar les ha unido... el destino les separará, y mientras cuatro pececillos de colores juegan a su alrededor, se miran fijamente viendo en la mirada del otro el puerto donde atracar.



2 comentarios:

Pablo Ballesteros dijo...

muy lindo y sencillo ¿qué mas se puede pedir?

Anónimo dijo...

Me has hecho llorar, es precioso...